1. Ir a la Gruta
Se encuentra aquí porque alguien le espera. Levante la mirada hacia María. Como la aparición se lo enseñó a Bernardita, haga una hermosa señal de la Cruz: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. En su interior, piense en aquellos que sufren o necesitan ayuda. Hágalos presentes a la protección maternal de Nuestra Señora de Lourdes.
2. Rezar en silencio
No está entrando en un museo. Aquí se encuentra como en casa. Bernardita dijo: «La Gruta era mi cielo». Delante de esta roca tan suave por haber recibido millones de caricias, le invitamos a que mire a María que iluminará su vida y le ayudará a sobrellevar las dificultades diarias o encontrar nuevamente la confianza perdida durante las pruebas.
3. Realizar el gesto del agua
«Vaya a beber en la fuente», es la invitación que hizo María a Bernardita el 25 de febrero de 1858 (9a aparición). Bernardita escava y saca a la luz la fuente de la que aún bebemos hoy. Es un agua común, comparable a las aguas de los manantiales vecinos. Aunque le han relacionado numerosas curaciones, no es ni agua bendita, ni milagrosa. Es Dios quien sana por intercesión de la Virgen María y la oración de los cristianos. Bernardita decía: «Ese agua no tiene ninguna propiedad sin la fe».
4. Ir a las capillas de Luz
5. Encender una vela
Nadie se va de Lourdes sin haber encendido una vela: «Esta luz prolonga mi oración». Al tomar una vela, realiza una ofrenda al Santuario.
* Hay fuentes reservadas para rellenar los bidones de agua cerca del primer puente.