Esta fiesta es pues la ocasión para recordar que todos los hombres están llamados a la santidad, por caminos diferentes pero accesibles. La santidad no es una vía reservada a una élite: concierne a todos aquellos y aquellas que elijen poner sus pasos en los de Cristo (Leer la exhortación del papa Francisco «Gaudete et Exultate», disponible en todas las librerías religiosas). El papa Juan Pablo II nos lo da a entender beatificando y canonizando a una gran número de personas, entre las que se encuentran figuras tan diferentes como Maximiliano Kolbe, Edith Stein, Padre Pío o Madre Teresa… o incluso recientemente, el pasado 14 de octubre, el papa Francisco ha canonizado a Pablo VI y Mons. Romero. Esos hombres y mujeres son testigos del amor de Dios como nosotros, también por su manera de vivir – no se han hecho santos de la noche a la mañana -, con sus dudas, sus interrogaciones… en una palabra: ¡su humanidad!
El 2 de noviembre está dedicado a la conmemoración de los difuntos. Ese día, en el Santuario de Lourdes, «en ese lugar en el que la luz se ofreció a una niña pobre, en medio de un agujero negro de la roca, queremos unirnos en la amistad y en la oración», el P. Lluis Ruiz, coordinador de lengua hispánica celebrará la misa de las 11:15 por esa intención.
Con motivo de la fiesta de Todos los Santos, les proponemos que manden encender una vela o decir una misa en memoria de todos los difuntos de su familia.
1 av. Monseigneur Théas
