Esta fiesta es pues la ocasión para recordar que todos los hombres están llamados a la santidad, por caminos diferentes pero accesibles. La santidad no es una vía reservada a una élite: concierne a todos aquellos y aquellas que elijen poner sus pasos en los de Cristo (Leer la exhortación del papa Francisco «Gaudete et Exultate», disponible en todas las librerías religiosas). El papa Juan Pablo II nos lo da a entender beatificando y canonizando a una gran número de personas, entre las que se encuentran figuras tan diferentes como Maximiliano Kolbe, Edith Stein, Padre Pío o Madre Teresa… o incluso recientemente, el pasado 14 de octubre de 2018, el papa Francisco canonizó a Pablo VI y Mons. Romero. Esos hombres y mujeres son testigos del amor de Dios como nosotros, también por su manera de vivir – no se han hecho santos de la noche a la mañana -, con sus dudas, sus interrogaciones… en una palabra: ¡su humanidad!
El 2 de noviembre
El 2 de noviembre está dedicado a la conmemoración de los difuntos. Ese día, en el Santuario de Lourdes, el rector Mons. Olivier Ribadeau Dumas, celebrará una misa a las 11:15 en la basílica del Roario, recordando que en este lugar «estamos todos en el mundo del Evangelio donde los más pobres se encuentran en las primeras filas».
También se dirá una misa en español, en la cripta, por esta intención a las 11:15.
Un concierto para la restauración de la iglesia parroquial
El sábado 2 de noviembre, a partir de las 20:30 en la basílica de la Inmaculada Concepción tendrá lugar la interpretación del Requiem inacabado de Mozart, en presencia del compositor Pierre Henri Dutron que nos propone esta adaptación. Se entregará el producto de esta representación a la asociación del Toit du coeur para la restauración de la iglesia parroquial de Lourdes.
Libre participación.