Orientaciones de Mons. Brouwet, obispo de Tarbes y Lourdes

En estas páginas, quisiera ofrecer algunas orientaciones para los próximos años de manera que, todos juntos, capellanes y empleados del Santuario, hospitalarios y directores de peregrinaciones, voluntarios y
asociados del Santuario, podamos cumplir lo mejor posible la misión que se nos ha confiado. Mi objetivo consiste en indicar una dirección general que nos ayude en el discernimiento de nuestros proyectos futuros y en las decisiones que tendremos que tomar. No dudemos en repasar estos temas no sólo en las reuniones de trabajo en el Santuario sino también en los congresos de peregrinaciones y en los encuentros de las Hospitalidades.

En aquel tiempo, había una boda en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Jesús y sus discípulos
estaban también invitados a la boda. Faltó el vino y la madre de Jesús le dijo: – “No les queda vino”. Jesús
le contestó: – “Mujer, déjame, todavía no ha llegado mi hora”. Su madre dijo a los sirvientes: – “Haced lo que
él diga”. Había allí colocadas seis tinajas de piedra, para las purificaciones de los judíos, de unos cien litros
cada una. Jesús les dijo: – “Llenad las tinajas de agua”. Y las llenaron hasta arriba.
Entonces les mandó: – “Sacad ahora, y llevádselo al mayordomo”. Ellos se lo llevaron. El mayordomo probó
el agua convertida en vino sin saber de dónde venía (los sirvientes si lo sabían, pues habían sacado el agua),
entonces llamó al novio y le dijo: – “Todo el mundo pone primero el vino bueno y cuando ya están bebidos,
el peor; tú, en cambio has guardado el vino bueno hasta ahora.” Así, en Caná de Galilea, Jesús comenzó sus
signos, manifestó su gloria, y creció la fe de sus discípulos en él. [Evangelio según san Juan 2, 1-11]

“Vaya a decir a los sacerdotes que se construya aquí una capilla y que se venga en procesión.” En el antuario de Lourdes estamos al servicio de la petición hecha por la Santísima Virgen María a Bernardita el martes 2 de marzo de 1858, en la decimotercera aparición.
¿Cuál es, entonces, nuestra misión? 

  • Acoger a las peregrinaciones haciéndolas llegar a la Gruta y a la fuente, acompañando a los pere- grinos tras los pasos de Bernardita en la escuela de Nuestra Señora.
  • Construir la Iglesia predicando el Evangelio y celebran- do los sacramentos de la eucaristía y la reconciliación. En esta pobre Gruta de Massabielle, un rincón del cielo ha tocado la tierra para que todos los peregrinos experimenten la cercanía, la ternura y la alegría de Dios, de quien María es el rostro y la servidora.

Nuestra misión es cuidar de que todos los que vienen al Santuario se dejen tocar, ante la Gruta, por el amor incondicional de Jesucristo. Nuestra predicación, nuestros proyectos, nuestras iniciativas, nuestros trabajos deben conseguir eso. Esta es nuestra gran responsabilidad: ponernos, como en Caná, al servicio de la alegría de los invitados, guiados por María, para dejar que el Señor realice su obra en los corazones, una obra de misericordia.

Nuestro Santuario debe ser el lugar en el que las personas que se acercan a la Gruta comprendan la medida del amor que Dios les tiene.

Deberemos insistir constantemente en esta misión, profundizar en ella, desarrollarla y adaptarla a las circunstancias actuales.

Desde las apariciones, los obispos sucesivos, con los rectores, los capellanes y todos sus colaboradores,
han sabido ponerse al servicio de los peregrinos y comprender sus expectativas, su sed, sus aspiraciones.
Han sabido explicar el mensaje de Nuestra Señora y entender el alcance y la urgencia en cada época. Somos herederos de una larga experiencia de celebración de la gracia de Dios y de la predicación del Evangelio. El jubileo de 2008, en el 150 aniversario de las apariciones de María a Bernardita, dio claras muestras del afecto de los católicos al Santuario y de su fama en el mundo. Hizo ver, además, su vitalidad.

Hemos adquirido nuestra experiencia colaborando, especialmente, con organismos de peregrinaciones,
tanto diocesanos como de asociaciones. Anualmente vienen a Lourdes más de 600 de estos grupos. Representan la “columna vertebral” de nuestra “temporada de peregrinaciones” y marcan su ritmo. Gracias
a ellos, cientos de miles de cristianos vienen a la Gruta de Massabielle cada año, en muchos casos acompa-
ñados por sus obispos.

Estas orientaciones son el fruto del trabajo, durante dos años, con el Consejo de Lourdes, compuesto por
capellanes y miembros del personal directivo del Santuario, con los que me reúno todos los meses.

1. El anuncio del Evangelio

D urante los próximos años, quisiera que orientáramos nuestros esfuerzos de acogida hacia los peregrinos individuales, las personas enfermas o discapacitadas, las familias y los jóvenes.

Los peregrinos individuales

Sabemos bien que los peregrinos más numerosos son los que vienen, no en una peregrinación diocesana o de una asociación, sino los que se organizan por sí mismos. Son personas aisladas, familias, grupos de amigos. Vienen a Lourdes para uno o más días. Su peregrinación va incluida, a veces, en un viaje más amplio, como vacaciones en los Pirineos, en Francia o en Europa. Muchos ya conocen el Santuario.

 Pero son numerosos los que vienen por primera vez y que no conocen el mensaje de Lourdes. Entre ellos, algunos están bautizados, pero saben poco de la fe cristiana. Otros no son cristianos, pertenecen a otra religión o no son creyentes.

Ante esos peregrinos tenemos una responsabilidad particular. Debemos seguir acogiendo a los que vienen en peregrinación organizada. Pero tenemos que reflexionar sobre una nueva manera de acoger a los que vienen individualmente; especialmente a los que llegan a Lourdes sin saber lo que van a encontrar aquí, ni cómo van a vivir unas horas o unos días junto a la Gruta de Massabielle.

Partamos de un postulado: todos los que cruzan las puertas del Santuario tienen una expectativa. Una
expectativa espiritual, porque saben que, en este lugar de apariciones, el cielo, de alguna manera, ha tocado la tierra. Pero es también una expectativa muy concreta frente nosotros, porque necesitan un acompañamiento en su proyecto de peregrinación.

Quisiera que, en los próximos meses, reflexionáramos sobre esto: cómo acoger, acompañar y proponer la novedad del Evangelio a los que vienen en peregrinación sin saber lo que es Lourdes, sin tener referencias sobre la fe cristiana, sin, ni siquiera, a veces, saber hacer la señal de la cruz o rezar el Padrenuestro. ¿Cómo ir a su encuentro acogiéndolos tal como son, respetando su forma de vida sin miedo a anunciarles a Jesucristo?

Es una auténtica labor de evangelización que exige disponibilidad, escucha, paciencia y sentido pastoral.
Lógicamente, será necesario ofrecer a estos peregrinos propuestas que ya existen, como el servicio “Peregrinos por un día” o la película de presentación del mensaje de Lourdes. Pero, además, habrá que saber dedicar tiempo, aunque sean solo algunas perso-nas, sin buscar a toda costa la eficacia o el rendimiento.

 “Sueño con una opción misionera capaz de transformarlo todo, escribe el Papa Francisco en la exhortación apostólica “Evangelii Gaudium”, para que las costumbres, los estilos, los horarios, el lenguaje y toda
estructura eclesial se convierta en un cauce adecuado para la evangelización del mundo actual, más que
para la auto-preservación. La reforma de estructuras, que exige la conversión pastoral, solo puede enten-
derse en este sentido: procurar que todas ellas se vuelvan más misioneras, que la pastoral ordinaria en
todas sus instancias sea más expansiva y abierta, que coloque a los agentes pastorales en constante
actitud de “salida” y favorezca así la respuesta positiva de todos aquellos a quienes Jesús convoca a su
amistad. (”Evangelii Gaudium”, 27).

Esta acogida y esta evangelización son ciertamente y ante todo la labor de los capellanes, de los religiosos
y de las religiosas. Pero puede ser también la de voluntarios y de jóvenes, que desean anunciar a Cristo,
proponiendo una verdadera iniciación cristiana.

A este respecto, quiero que, en el Santuario, propongamos catequesis fundamentales con el fin de instruir en la fe a los que piden avanzar en la vida cristiana. El Santuario de Lourdes es un lugar propicio para
fomentar y consolidar nuestra relación con Cristo.

 Es indispensable también, que los capellanes, con el dinamismo del Año de la fe, sigan asegurando una presencia y proponiendo una catequesis en la Gruta, en las piscinas y en las fuentes, mirando que los peregrinos lleguen a conocer el amor con que Dios los ama.

 Durante las apariciones, la Santísima Virgen dio a conocer a Bernardita el rostro de la ternura de Dios para la humanidad. Esta ternura y esta solicitud se hacen visibles especialmente en el sacramento de la confesión y la reconciliación, que es la cumbre de la peregrinación a Lourdes.”

En la exhortación apostólica “Evangelii Gaudium”, el Papa Francisco ofrece la clave de toda nuestra predicación: “Hemos descubierto que también en la catequesis tiene un rol fundamental el primer anuncio
o “kerygma”, que debe ocupar el centro de la actividad evangelizadora y de todo intento de renovación
eclesial. El kerygma es trinitario. Es el fuego del Espíritu que se dona en forma de lenguas de fuego y
nos hace creer en Jesucristo, que con su muerte y resurrección nos revela y nos comunica la infinita misericordia del Padre. En la boca del catequista vuelve a resonar siempre el primer anuncio: “Jesucristo te
ama, dio su vida para salvarte, y ahora está vivo a tu lado cada día, para iluminarte, para fortalecerte, para
liberarte”. (“Evangelii Gaudium”, 164).

Nuestro objetivo es que cada peregrino se vaya de Lourdes con este mensaje de esperanza en el corazón.

Las personas enfermas
o discapacitadas

En Lourdes, las personas enfermas o discapacitadas ocupan el primer lugar. Creo que podemos estar orgullosos de la manera como son acogidas, especialmente en el Centro de Acogida Notre-Dame, en el
Centro de las Hermanas de Saint-Frai y en el Salus Infirmorum de UNITALSI.

¿Para qué vienen a Lourdes personas enfermas o discapacitadas? Para hacer una peregrinación de fe.
Nuestra misión consiste en hacer posible y fructífera esta peregrinación. Es indispensable que todas esas personas se unan, dentro de lo posible, a la preparación de la peregrinación y que antes, durante y después del viaje, sepamos ponernos a su escucha: a la escucha de sus proyectos, sus deseos y de sus expectativas.

No olvidemos que, muchas veces, estas personas enfermas o discapacitadas evangelizan a las personas “sanas” con su entrega a Jesucristo, con su oración, con su alegría y con su confianza en el Señor. Fortalecen nuestra esperanza. Se han dado muchos testimonios en este sentido, muy a menudo por parte
de los peregrinos más jóvenes.

En este tema sentido, algunas peregrinaciones tratan de promover una mayor autonomía de las personas enfermas o discapacitadas. Es cierto que Lourdes, desde luego, tiene una larga experiencia en el acompañamiento de estos peregrinos, sobre todo gracias a los camilleros y a cuantos los reciben y atienden en los distintos Centros de Acogida. Pero van apareciendo nuevas iniciativas para dar a las personas enfermas la mayor autonomía posible. Por ejemplo, algunos grupos les proponen alojarse en un hotel con los peregrinos sanos. Creo que tenemos que reflexionar, junto con todos los que están dedicados a estos ser-vicios, sobre estas iniciativas y sobre nuestra manera de acompañar a los peregrinos enfermos.

Finalmente, sabemos que el número de personas enfermas va disminuyendo lentamente. Sobre todo entre las más afectadas por la enfermedad. Esto se debe, en gran parte, a la dificultad, cada vez mayor, de viajar en tren hasta el Santuario. Pero hay otra razón más profunda: no nos atrevemos a invitar a la peregrinación a Lourdes a las personas con un frágil estado de salud. La Dirección de hospitales, clínicas y residencias teme, por principio, permitir ese viaje a los residentes. Por eso han de ser las familias, los capellanes y los visitadores quienes, en un acto de confianza en Dios, los animen a viajar a Lourdes. Y esto, no ante todo para esperar un milagro, sino para consolidar su vida de fe, su esperanza y su arraigo personal en la vida de la gracia.

En colaboración con las Hospitalidades y los responsables de las peregrinaciones, ofreceremos unas
propuestas a las diócesis y a las capellanías, para facilitar la venida a Lourdes a las personas más delicadas.

Las Familias

Las familias necesitan, muy especialmente, ser apoyadas y ayudadas. Muchas de ellas buscan lugares de renovación en la fe donde cada uno, padres e hijos, podría verse animado en su vida cristiana. La personalidad de Bernardita, su humilde itinerario espiritual guiada por María, la vida de fe y oración de
la familia Soubirous en el Molino de Boly y en el Calabozo, y el ambiente de cariño que reinaba allí, son
otros tantos temas de meditación para las familias.

Con todas las estructuras del Santuario, de la “Cité Saint-Pierre”, de las comunidades religiosas de Lourdes, de las pensiones y los hoteles, veremos cómo acoger a las familias, especialmente a aquéllas que carecen de medios económicos para realizar este viaje. Tendremos que esmerarnos también en la acogida y
el cuidado de los niños pequeños para que los padres puedan disponer de tiempo para ellos mismos.

Digamos también que muchos abuelos traen a sus nietos a Lourdes durante las vacaciones, para que conozcan este lugar de gracia y de renovación. También a ellos queremos animarlos y ayudarlos a organizar estas visitas.

Los Jóvenes

El Santuario es para los jóvenes una verdadera escuela de vida. Por medio de la liturgia, por el servicio a las personas enfermas o discapacitadas, por la experiencia que pueden vivir de la Iglesia universal, Lourdes es un lugar privilegiado para conocer, vivir o desarrollar los fundamentos de la vida cristiana: la alabanza a Dios, la vida sacramental, el servicio a los demás – de manera especial a los más débiles –, la apertura a la catolicidad, el encuentro con comunidades cristianas en su diversidad, la cercanía de todos los estados de vida, el encuentro fraterno con los Pastores de la Iglesia – sacerdotes y obispos.

Junto con el “Servicio Jóvenes” del Santuario veremos cómo podemos desarrollar nuevas propuestas.
Sobre todo, para que los jóvenes sean, entre otros jóvenes, testigos ardorosos de la fe en Jesucristo.

Comprender las expectativas de los peregrinos

Acerca de la acogida me parece necesario crear la forma de hacer encuestas entre los peregrinos con
el fin de saber cómo consideran la calidad de nuestra acogida. Es muy difícil tomar decisiones si no tenemos ningún medio objetivo de conocer a los que llegan al Santuario y de saber si respondemos a sus expectativas.

Sin esos medios de investigación estaremos basándonos en impresiones y sentimientos que no siempre corresponden a la realidad. Ciertamente los directores de las peregrinaciones son unos colaboradores valiosos. Pero tenemos que recoger también el parecer de los que no vienen en grupos organizados.

Tendremos que ensanchar, además, el ámbito de diálogo en internet, para estar en relación con los peregrinos y situarnos más cerca de sus interrogantes y sugerencias. Incluso en el campo espiritual.

2. La internacionalización

L os peregrinos que vienen de continentes diferentes son cada vez más numerosos. Llegan en pequeños
grupos, en familia, a veces con personas enfermas y a menudo con jóvenes. Son originarios de la India, de
Sri Lanka, de Australia, de los EE.UU, de Brasil, de Oriente Medio, de China, de Corea, del Japón, de África…

Muchos de ellos se ponen en contacto con comunidades religiosas amigas que residen en Lourdes (pienso en las hermanas coreanas, libanesas o chinas) y son acompañados por ellas en el Santuario. Debemos seguir adelante con este esfuerzo para que el Santuario sea accesible a todos y se muestre acogedor para los peregrinos de todos los continentes.

Mediante nuestro sitio Internet daremos a conocer mejor el Mensaje de Lourdes y las posibilidades que se
ofrecen para venir en peregrinación. Me gustaría que ampliáramos este sitio con versiones en lengua árabe,
china y portuguesa.

Nuestra televisión en línea y nuestro sitio internet pueden ser también una ayuda y un apoyo, para todos los
que no pueden viajar a Lourdes y que quieren, sin embargo, entrar en comunión con los que rezan en la Gruta.

Tenemos que seguir esforzándonos por renovar la señalización en el Santuario, para simplificarla e indicar, de la manera lo más clara posible, los lugares más importantes de la peregrinación. Pero pensando también en las nuevas lenguas, de manera que todos los peregrinos se sientan acogidos. Hará falta, también, poner a disposición de los peregrinos prospectos que contengan un re-sumen del mensaje de Lourdes en esas mismas lenguas.

Debemos proseguir también el esfuerzo que ya se ha realizado para integrar la diversidad de lenguas en
la liturgia y en las procesiones. Junto con el francés, el italiano, el inglés y el español, habrá que fijarse en los grupos mayoritarios presentes, para prever una lectura, algunas intenciones de oración o una participación en el rezo del rosario en su lengua.

En cambio es necesario cuidarse de no sobrecargar las celebraciones con la repetición de las lecturas de la
misa. Puede bastar la traducción de los textos en las pantallas.

Por lo general, las distintas lenguas deben ser acogidas en la medida de nuestras posibilidades. Pero el
uso de estas lenguas nunca debe ir contra el buen desarrollo de la liturgia, su belleza, su sencillez o su
conformidad con los rituales.

Por otra parte, pongamos todo cuidado en que las lenguas nunca se hagan competencia unas a otras.
Pido a todos ser comprensivos al respecto y no permitir que surja un espíritu de descontento y división.
Nos debe animar el Espíritu de Pentecostés y no la dispersión de Babel (Gn 11, 1-9).

3. El acondicionamiento del entorno de la Gruta

E l entorno de la Gruta – desde la explanada del Rosario hasta el puente de las piscinas – es el corazón de nuestro santuario. La acogida de tantos peregrinos es posible precisamente porque los lugares se prestan a recibir la gracia de Lourdes. El lugar de las apariciones es de fácil acceso y ha quedado a cielo abierto (la expresión tiene allí toda su fuerza). El peregrino es acogido en la explanada como por los brazos de una madre. No tiene que cruzar puertas ni subir escaleras. Se encuentra allí, inmediatamente, en el sitio donde se ponía Bernardita delante de María. Y junto con todos los presentes, sea cual sea su condición, hace su oración como un pobre ante Dios.

Tenemos que cuidar este lugar de gracia. Y durante los tres próximos años quisiéramos disponerlo para:
  • Hacer más coherente el recorrido de los peregrinos,
  • fomentar el silencio y el recogimiento en la Gruta, • encontrar soluciones al movimiento de peregrinos durante la temporada,
  • proporcionar más armonía al conjunto del lugar. Trabajando con un gabinete de arquitectura nos pareció acertado reconsiderar el conjunto de este entorno, aunque las obras deberán durar varios años por razones financieras.
  • La zona que separa la explanada del Rosario y la Gruta se dispondrá como un espacio de preparación para el recogimiento. Se quitarán los distribuidores de medallas y los quioscos de velas, así como las fuentes, para evitar las distracciones y el ruido. Se plantarán árboles en esta zona y se tratará de que invite al silencio.
  • La explanada de la Gruta se mantendrá a plena luz. El acondicionamiento del suelo señalará este lu- gar como lugar de oración y meditación. Se renova- rán el mobiliario y el alumbrado de la Gruta.
  • La zona reservada actualmente para las velas se dedicará al gesto de beber y de lavarse, el gesto que María pidió a Bernardita y que forma parte de la tra- dición de la peregrinación a Lourdes. Los peregrinos llegarán, entonces, a las fuentes después de su visita a la Gruta, lo que es más lógico y coherente.

Estas nuevas fuentes no estarán proyectadas para llenar recipientes de agua de Lourdes. De hecho se
necesita reservar este lugar para realizar el gesto pedido por la Señora a Bernardita. Llenar botellas u otros recipientes no es un acto de oración. Además, hay mucho ruido y movimientos. Se reservará para eso
otro lugar. Falta solo encontrar el sitio apropiado.

  • El lugar donde se almacenan actualmente las velas se convertirá en una sacristía secundaria para la Gruta. De hecho la sacristía actual es demasiado pequeña para un número grande de concelebrantes. El nuevo edificio, con una superficie igual a la del antiguo, tendrá también un lugar de descanso para los hospitalarios. La sacristía actual se reformará y tendrá un oratorio para el Santísimo.
  • Las piscinas permanecerán en su sitio actual y, por tanto, no se desplazarán al otro lado del Gave. Se revisará su adaptación interior. Trabajamos también en la reestructuración de la “antesala” de las piscinas, el lugar de espera de los peregrinos que desean bañarse.
  • Vamos a construir una nueva pasarela enfrente de las piscinas. Cerca de esta pasarela, al otro lado del Gave y yendo hacia la iglesia Santa Bernardita, se situarán las estanterías para las velas. Formarán como una capilla de luz donde los peregrinos podrán poner individualmente sus velas. (Los cirios grandes seguirán estando en su sitio actual).
  • Así pues, la nueva pasarela facilitará a los peregrinos llegar hasta esa capilla de luz y dirigirse desde allí hacia la explanada y hacia las salidas, sin pasar directamente por delante de la Gruta. Esta pasarela permitirá también a todos los peregrinos que residan en el Centro de acogida Notre-Dame dirigirse a las piscinas sin tener que pasar por delante de la Gruta.

Más tarde se construirá otra pasarela frente a la entrada del Centro de acogida Notre Dame, a la altura de la imagen de San Juan María Vianney. De ese modo, los residentes en el Centro Notre Dame no tendrán que ir a pasar bajo los arcos para dirigirse a su alojamiento.

4. La «plaza de la Iglesia»

A más largo plazo, me parece indispensable considerar de nuevo la zona de los pabellones, de
la capilla Notre Dame y del edificio en que se encuentran el museo de Bernardita y el Servicio Comunicación. Todo este espacio es zona inundable. Lógicamente, también aquí deberíamos colaborar con el ayuntamiento de Lourdes y con los servicios de la Prefectura. Junto con los responsables de la Hospitalidad Nuestra Señora de Lourdes y de los Pabellones trabajaremos para arreglar esta zona en vistas a hacer un lugar de encuentro, de fiesta, de picnic, en resumen, un lugar de vida para todos los peregrinos. El Santuario como tal está reservado más bien para la oración y la liturgia. Nos falta un lugar de convivencia que podría estar formado, al mismo tiempo, por salas puestas a disposición de los servicios y movimientos de Iglesia durante la temporada, y de instalaciones para encuentros informales, para tiempos de fiesta y para comidas en familia o en grupo .

5. Los servicios  del Santuario

La organización general

Durante el año 2013 se han llevado a cabo dos proyectos:
  • Hemos creado sectores que agrupan a los servicios por profesiones. En efecto, era urgente encontrar una organización coherente para facilitar el trabajo y la colaboración de los veintidós servicios del Santuario. La creación de los sectores, gracias al Consejo del Santuario en el que se reúnen los responsables de los sectores con el rector y el ecónomo, facilita una mayor autonomía de los servicios, una mejor coordinación entre ellos y una simplificación de la comunicación.
  • Se han agrupado los servicios de la comunicación y se ha hecho una auditoría con el fin de precisar los objetivos y la organización de este departamento.

En los años venideros trabajaremos con una mayor colaboración entre los sectores y los servicios por una parte, y entre los capellanes y los responsables de sectores, por otra. Por otra parte, comenzamos a trabajar sobre una cooperación aún más fructífera entre los empleados y los voluntarios. En Lourdes se
tiene una larga experiencia de esto: desde el comienzo de las peregrinaciones, capellanes, empleados, religiosas, religiosos y voluntarios colaboran para recibir a los peregrinos. En cuanto a la Hospitalidad Nuestra Señora de Lourdes y el Servicio de “Pilotos de información” debemos esclarecer las responsabilidades de cada uno y nuestros métodos de trabajo. Todo eso para mejorar la calidad de nuestra acogida, y también para consolidar el espíritu de servicio y de comunión entre todos los que trabajan en el santuario.

El sector de desarrollo

Vamos a crear en el Santuario un sector encargado
del desarrollo, una función que no ha existido has-
ta ahora. La misión de este nuevo servicio consistirá
en dar a conocer el Santuario en el exterior, trabajar
más estrechamente con los agentes económicos de
la provincia, y buscar nuevos ingresos para el San-
tuario.

  • Dar a conocer el Santuario, es establecer contactos con las agencias de viaje para hacer posible el paso por Lourdes a los cristianos de los otros continentes.
  • Trabajar más estrechamente con los agentes económicos de la provincia, es desarrollar la colaboración necesaria con los municipios de los alrededores de Lourdes, con las oficinas de turismo, con los hoteleros, con el aeropuerto y con los lugares turísticos, para coordinar nuestros esfuerzos al servicio de los peregrinos.
  • Encontrar nuevas fuentes de ingresos, es no solamente buscar fondos de parte de bienhechores franceses y extranjeros, sino también desarrollar, partiendo de la librería actual, una pequeña actividad comercial para asegurar el equilibrio financiero de nuestro Santuario. Así pues, este año, contrataremos a un responsable para este sector de desarrollo.

El equilibrio presupuestario

Aunque la situación económica es delicada y disminuye el número de peregrinos, tenemos que llegar forzosamente a equilibrar el presupuesto en 2015. Buscamos, por lo tanto, nuevos recursos. Por lo mismo, esperamos que las peregrinaciones organizadas se hagan cargo de sus responsabilidades y aporten la participación económica que se les pide.

Estaremos también atentos a nuestros gastos tratando de racionalizar nuestras compras y los servicios
propuestos a las peregrinaciones. Igual que hicimos ya en 2013, las personas que se jubilan no serán remplazadas. En los años venideros, quizás tengamos también que disminuir un poco el número de empleos de temporada. Eso se hará siempre teniendo muy en cuenta a las personas y su situación particular.

6. Conclusión

Me gustaría dar las gracias a todos los empleados y a los voluntarios del Santuario. Después de estar con
ustedes durante casi dos años, alabo, al mismo tiempo, su competencia y su disponibilidad para acoger a todos los peregrinos lo mejor posible. La crisis económica y las inundaciones, por una parte, y la crisis de la fe cristiana por otra, han contribuido a la disminución del número de peregrinos. Eso no nos impide hacer proyectos y ser inventivos. Nuestro Santuario tiene un porvenir si es fiel a la misión que se le ha confiado y si sabe comprender cuál es la sed de los que vienen a beber en la fuente. Es precisamente en tiempo de crisis, de dudas y de pruebas cuando debemos acoger a los que vienen a buscar en el Santuario de Lourdes una luz y una esperanza.

Quisiera también dar las gracias a todos los que están asociados a nosotros: la Hospitalidad Nuestra Señora
de Lourdes y todas las Hospitalidades, las asociaciones y los directores de peregrinaciones, las congregaciones religiosas, los donantes, tan generosos, la ciudad de Lourdes, la provincia de los Altos Pirineos y la Región “Midi Pyrénées”. Gracias a su colaboración, a sus esfuerzos, a su confianza y a su amor a Lourdes podemos acoger a tantos peregrinos cada año. Es una gran alegría para nosotros trabajar con ustedes y les renovamos nuestra disponibilidad.

Doy las gracias, finalmente, al Padre Rector y todos los Capellanes de la Gruta. Gracias por su Ministerio de
Predicación y de Reconciliación. Gracias por la esperan-za que ofrecen a los peregrinos con la celebración de los sacramentos, con sus palabras, con su presencia, con su oración.

Pido para todos la bendición del Señor por la intercesión de Nuestra Señora de Lourdes y de Santa Bernardita.

En conclusión, les propongo para su reflexión las pa –
labras del Papa Francisco en la exhortación Evangelii
Gaudium: “Hay un estilo mariano en la actividad evan-
gelizadora de la Iglesia. Porque cada vez que miramos a
María volvemos a creer en lo revolucionario de la ternura
y del cariño. (…) Esta dinámica de justicia y ternura, de contemplar y caminar hacia los demás, es lo que hace
de ella un modelo eclesial para la evangelización. Le ro-
gamos que con su oración maternal nos ayude para que
la Iglesia llegue a ser una casa para muchos, una madre
para todos los pueblos, y haga posible el nacimiento de
un mundo nuevo.”

Lourdes, 11 de febrero 2014, Mons. Nicolas Brouwet, obispo de Tarbes yLourdes