¡Qué responsabilidad!
Con rostros resplandecientes que logran ocultar la prueba del sufrimiento y llevados por voces a la vez suaves y enérgicas, la nueva película de Laurent Jarneau ilustra con razón la feliz formulación del presidente del pontificio Consejo para la promoción de la Nueva Evangelización, Mons. Rino Fisichella (1): «Los peregrinos enfermos están llamados a asumir la conciencia y la responsabilidad de llevar la buena nueva del Evangelio que salva desde su propia condición. Por tanto, se puede afirmar que los primeros evangelizadores del santuario de Lourdes son realmente ellos, los enfermos».
Palabras de antología
Efectivamente, las personas enfermas (o discapacitadas) son los primeros evangelizadores. Sólo hay que verlos y escucharlos. A continuación algunas frases elegidas.
Lydie: «Entre el cuerpo y el alma, prefiero mi alma. ¡Tenemos más ganas de ir al cielo que de caminar!»
Andrew: «Para mí es un contacto cercano y casi perfecto con el Señor, eso es una curación».
Evelyne: «Creo profundamente que hay algo después de la muerte y para mí ese algo, es este amor infinito en el que estaremos inmersos, pero este amor por mí ya es ahora».
Sophie: «La oración si la sueltas, es concreta y pragmática: la discapacidad ocupa todo el lugar…»
Cedric: «¡Por más bajo que estemos, con Dios nos levantamos siempre!»
Hermana Catarina: «Se dice que es a la sombra de la cruz donde está la resurrección. Así que esto es lo que me da la alegría».
Martine: «¡Mi vida habría sido tan triste y aburrida sin Cristo ni María!»
Jean-Noël: «Hay mucho sufrimiento de la gente de a pie: en su alma también se vive un infierno».
Raymonde: «Cuando tienes fe y alegría, tienes que compartirlas con los demás».
Jeanne: «La fe es la compañera de todos los días: uno se levanta con la fe, nos acostamos con ella. La fe es un 90% de esperanza y un 10% de duda».
Hermano Matthieu: «La enfermedad es un mal que se dice en nosotros, pero el bien también se dice en nosotros».
Alexiane: «¡Rezo, rezo mucho! Sí, me encanta rezar».
«Tener a Cristo al alcance de la mano»
«Esta perspectiva nos permite mirar a través de la fe a todo enfermo que se convierte en peregrino para captar la presencia de Cristo que pide ayuda y que, a su vez, ofrece su amor salvador, subraya Fisichella. El documental termina con la mirada de Jeanne, que tiene una miopatía, cuyas palabras ilustran perfectamente las de Mons. Fisichella: «Cuando Jesús dice: “Cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis” es una palabra que me ha marcado mucho porque se identificaba con los más pequeños de todos y daba un mensaje también a los cuidadores, es maravilloso tener la oportunidad de curar a Cristo, tener a Cristo al alcance de la mano. Así que esta palabra me parece muy fuerte y si la tomamos más en serio, creo que después de todo podríamos llamar a los hospitales “santuario”».
La película se termina rindiendo homenaje a Andrew y Lydia que fallecieron por culpa de la enfermedad. Su testimonio de esperanza no se borrará nunca del corazón de todos aquellos que lo recibieron.