12 de diciembre : fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe
El 9 de diciembre de 1531, en el cerro de Tepeyac, al norte de México, una «muchacha resplandeciente de luz» se aparece al indio Cuauhtlatoatzin (lo que significa «el águila que habla») bautizado hace poco con el nombre de Juan Diego.
Después de haberse presentado como la Virgen María, le encarga que pida al obispo la construcción de una iglesia en el lugar de la aparición. El obispo, primeramente incrédulo, pide un signo. Éste es realizado el 12 de diciembre, cuando la Virgen se muestra por cuarta y última vez a Juan Diego.
Enviado por la «Señora» a cortar rosas en el cerro, el Indio baja de allí con su «Tilma» (túnica fabricada con fibras de agave) lleno de magnificas rosas en plena temporada seca. Cuando Juan Diego mostró al obispo las hermosas flores durante un helado invierno, apareció milagrosamente una imagen de la Virgen, vestida con un vestido rosa adornado con motivos indígenas y una capa azul con estrellas de donde salen rayos de luz.
Después de cinco siglos, la tilma sigue cuestionando y fascinando. Primeramente porque esa ropa popular de fibras vegetales, de naturaleza biodegradable, sigue intacta.
Se han realizado observaciones para entender las condiciones de impresión de la imagen de la Virgen. En 1666, un grupo de pintores y médicos, considerando la ausencia de preparación de la tela y la pureza de la imagen ya sea al derechas o al revés, certificó que era imposible que hubiera sido pintada. En 1791, un orfebre que limpiaba el marco con ácido, vertió accidentalmente unas gotas: el tejido en vez de ser roído o agujereado, tan solo fue manchado. En 1936, el químico Richard Kuhn después de haber estudiado dos fibras de la tilma, declara que los colores utilizados no son de origen mineral, ni vegetal, ni animal.
Pero lo que más intriga son los ojos de la Virgen. En 1951, el fotógrafo Carlos Salinas Chávez afirma que se puede ver, en ambas pupilas, el reflejo de la cabeza de Juan Diego… Lo mismo concluyó en 1977 un ingeniero peruano, José Aste Tonsmann, según el cual «se observa en el ojo de la Virgen lo que vio delante de ella cuando Juan Diego abrió su abrigo», es decir, cinco personajes, entre los que están Juan Diego y el obispo Juan de Zumárraga.
Un gran mecenas amigo de Lourdes
Don José Barroso Chávez dedicó toda su vida a causas generosas. Participó particularmente en la construcción de la nueva Basílica dedicada a Nuestra Señora de Guadalupe, en México. Durante una visita a Lourdes, por el 150 aniversario de las apariciones, le pareció importante que la Capilla en la que se encontraba la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe en Lourdes, recibiera un decorado digno de su gloria. Su familia mexicana realizó ese proyecto.
Se trata de una composición en mosaico veneciano (pasta de vidrio y pan de oro) realizado a partir de una pintura del artista mexicano Jaime Domínguez Montes, quien también dibujó el boceto a escala para el mosaico que representa a Juan Diego, el pastor de las apariciones.
La inauguración de la capilla decorada tuvo lugar el 18 de septiembre de 2011 bajo la presidencia del cardenal Norberto Rivera, arzobispo de México y de Mons. Jacques Perrier, entonces obispo de Tarbes y Lourdes, en presencia de la familia de D. José Barroso Chávez.